Alexander Akhanov, Rusia (1957-)
Si las estrellas hablaran
seguro que dirían:
ella
es tan hermosa
tan buena
tan pura
tan inocente
que Dios en persona
le dio permiso para pecar...
un poquito
Menos mal
que su gato
único testigo
de lo allí acontecido
además de discreto
es
absolutamente ateo
Me gusta ella, ese dios que permite pecar y este poema.
ResponderBorrarBesos
Huy, si los gatos hablásemos...imagina que, además, pudiéramos rezar.
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