26 septiembre, 2018

Y TAMBIÉN DE TODO LO DEMÁS





Me declaro culpable
de criminal impaciencia e inexcusable melancolía
de evadir el impuesto a la risa
de no tener tarjeta de presentación
de ejercer ilegalmente la profesión de destripador

de haber mirado de niño con especial atención los avisos de ropa interior femenina en las revistas "Cosmopolitan" que compraba mi madre
de portar a diario un bolso cuyo contenido ignoro por completo
de ser probablemente el único habitante del planeta que leyó los doce tomos de las obras completas de Lenin
de conducir carros de supermercado en total estado de lucidez
de profanar silencios ajenos
de omitir detalles fundamentales y fundamentar omisiones imperdonables
de usar talco desodorante en los pies

de no haber pasado la página diez de "La Teoría de la Metacrítica del Conocimiento"
de dormirme en una película de Wenders
de haber visitado países y ciudades sin salir del hotel

de no haber aprendido a ver la hora en relojes de palitos
de no saber abrocharme los cordones de los zapatos
de no haber entendido nada de nada
de haberlo probado todo sin llegar a ninguna conclusión
de acostarme con una estrella fugaz y despertar al día siguiente con toda una constelación
de escuchar canciones de Sandro y Favio en mi personal estéreo
de haber transmitido por radio informes de temperatura y humedad sin consultar al Servicio de Meteorología de la Armada de Chile

de haber desvestido santas y vestido demonios
de no haber alcanzado jamás la absoluta certeza de la inexistencia de Dios
de hablar y callar más de la cuenta, ambas cosas a la vez
de haber sustentado seriamente y durante largos años boludeces como "el camino de los excesos conduce al palacio de la sabiduría" (Blake)
de jugar a la ruleta rusa esperando ganar un oso de peluche

de vivir y morir al día
de no haber tenido siempre el coraje ni la consecuencia
de no haber hecho mucho más que lo bastante
y también me declaro culpable de todo lo demás





5 comentarios:

  1. Fino sentido del humor
    y sin desenfocar

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  2. Ahora entiendo por qué no pudiste evitar la tentación de hacer ver a unA colega comentarista que no se escude en el anonimato.
    NO me declaro culpable de no poner mi nombre cuando él sabe quien soy, me declaro culpable por temer exponer mis sentimientos a un mundo superficial que ha destrosado muchas veces mi corazón, y no me siento valiente por declararme culpable, me sentiré valiente cuando logre no sentirme culpable.

    Eres muy talentoso, te felicito.

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  3. A veces tengo ganas de escribir una serie de versos d'este tipo, pero me da el escrupulo de quedarme sin decir algo, o de escribir kilometros sin poder parar.

    El poema, apologicamente delicioso.

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  4. ¡Por fin un manifiesto en condiciones, mucho mejor que el de Marx y Engels, pero muchísimo mejor, qué duda cabe! Y además, me has hecho reír, que no es poco...

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