02 agosto, 2018

VENGO DE UNA CIUDAD




Vengo de una ciudad no fundada
donde la gente se desplaza en triciclos
y nadie discute la autoridad del caracol,
un lugar de cartografías precarias
en que las muchachas no necesitan sujetarse el vestido
porque incluso el viento es discreto


Es una ciudad sin plaza y casi sin monumentos
que todo el tiempo va cambiando de nombres y de habitantes
para que nadie la pueda olvidar ni recordar
pero sobre todo para que nadie pueda permanecer


De allí vengo
a hablarles desde la orilla de una lágrima no vertida
a hacer preguntas que no tienen respuesta
y a responder preguntas que nadie ha hecho


Traigo
un canasto lleno de palabras recién cortadas
del jardín de los sentidos,
a esparcir los pétalos de una flor
nunca regada

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