Si fuera cosa de olvidar
el corazón iría por atrás
latiendo sólo por latir
sin tarde, sin circunstancia
latiendo sólo por latir
sin tarde, sin circunstancia
como cualquier otra prenda de vestir
Si fuera cosa de olvidar
ya no habría nada más que hacer
y ninguno de nosotros sería portador
de esta rabia tan justa, tan buena
tan hermosa, tan de merecer
Si fuera cosa de olvidar
seríamos cómplices y encubridores
de la segunda muerte de nuestros muertos
como cantar una canción de cuna
para que el asesino y el verdugo
duerman en paz
Si fuera cosa de olvidar
el corazón iría por atrás
latiendo sólo por latir
sin causa y sin efecto
como cualquier otra prenda
de vestir
Si fuera cosa de olvidar
ya no habría nada más que hacer
y ninguno de nosotros sería portador
de esta rabia tan justa, tan buena
tan hermosa, tan de merecer
Si fuera cosa de olvidar
seríamos cómplices y encubridores
de la segunda muerte de nuestros muertos
como cantar una canción de cuna
para que el asesino y el verdugo
duerman en paz
Si fuera cosa de olvidar
el corazón iría por atrás
latiendo sólo por latir
sin causa y sin efecto
como cualquier otra prenda
de vestir
Bello.. :)
ResponderBorrarLa buena Rabia de no perder y caminar.
ResponderBorrarAbrazos y saludos afectuosos!
gracias Mauricio las letras rebasan fronteras y la sensibilidad del ser humano siempre estará por encima de los envilecidos por las migajas terrenales,saludos
ResponderBorrares un honor colaborar con ustedes
ResponderBorrarun abrazo
Gracias, Mauricio. Imposible olvidar tantas y tan dolorosas afrentas del poder.
ResponderBorrarAsí es, Lucrecia.
ResponderBorrarSi fuera cosa de olvidar
el corazón iría por atrás
latiendo sólo por latir
sin causa y sin efecto
como cualquier prenda de vestir
un abrazo
Mauricio
...como no es cosa de olvidar, aqui seguimos luchando y exigiendo: Verdad y Justicia por todas y todos nuestros compañeros, familiares, amigos...por las y los que están ...en algun ...lado... Su ejemplo, su lucha nos prohiben Olvidar!
ResponderBorrarGracias Mauricio
Ellos,
ResponderBorrarlos muertos,
no descansarán
hasta que no hallen
justicia para su martirio.
Mas nunca la habrá,
ni en este mundo,
ni en ningún otro
mundo inventado,
y nada,
ni la sinrazón,
podrá justificar
nunca sus muertes.
Sólo les queda
el consuelo de la memoria.
Y si acaso, un ramillete de dalias.